Este año he tenido la enorme suerte y emoción de ilustrar la portada del libro de fiestas de mi pueblo, un encargo muy especial que me ha permitido unir mi amor por el diseño con mis raíces y mis recuerdos más entrañables.

La ilustración representa uno de los momentos más emotivos de nuestra procesión: cuando la Virgen se detiene frente a la puerta de una casa del pueblo para contemplar los fuegos artificiales que le dedican los vecinos. Desde el balcón, cae una lluvia de pétalos, como una ofrenda sencilla pero llena de cariño, mientras la Virgen es acompañada por los vecinos, los devotos y los hombres que la portan con tanto esfuerzo y devoción.

Quise capturar esa escena con todo el respeto, la calidez y el simbolismo que merece. La composición está pensada para transmitir cercanía, emoción colectiva y tradición viva, resaltando los gestos cotidianos que hacen única esta celebración. El uso del color y la luz busca reflejar la atmósfera mágica de ese instante: la mezcla de devoción, alegría y orgullo compartido.

Esta portada no solo es una pieza gráfica, sino también un pequeño homenaje a mi pueblo y a su gente. Poder formar parte de su historia festiva desde la ilustración ha sido un honor que recordaré siempre con mucho cariño.