Este proyecto consistió en la creación de una nueva portada para la novela Cordeluna, abordando el diseño desde una perspectiva conceptual basada en la retórica visual. El objetivo fue reinterpretar uno de los momentos más significativos del libro mediante una imagen poderosa y simbólica, que invitara a la lectura desde el primer vistazo.
La imagen principal representa una pared de ladrillo con un agujero hecho por un puñetazo, a través del cual se ve un frasco de perfume roto. Esta composición no solo llama la atención por su impacto visual, sino que transmite de forma metafórica la intensidad emocional del momento en que el protagonista irrumpe en escena y encuentra a su amada desvanecida.
El puñetazo en la pared simboliza la violencia del sentimiento y el deseo urgente de romper barreras para alcanzar al otro. Por su parte, el frasco de perfume roto representa la fragilidad de ese encuentro, el colapso de lo idealizado, y al mismo tiempo, la esencia que permanece —lo invisible pero presente: el amor, el aroma, la memoria.
El diseño combina texturas realistas con un enfoque gráfico limpio y equilibrado, buscando provocar intriga y emoción sin revelar directamente el argumento. La elección cromática y los contrastes de materiales (ladrillo, cristal, sombra) se utilizaron para potenciar la tensión dramática del momento representado.
Este proyecto fue una oportunidad para explorar el uso del lenguaje visual como herramienta narrativa, conectando la imagen con el contenido literario de forma simbólica y emocional. El rediseño de Cordeluna demuestra cómo una portada puede convertirse en un umbral que anticipa la atmósfera del libro, invitando al lector a descubrir lo que hay más allá del muro.